LA QUINTA DA REGALEIRA, EN SINTRA, PORTUGAL

Los montes de Sintra han sido descritos como fuentes de energías telúricas que te arrastran a los orígenes de la Madre Tierra. Es una villa plagada de misterios, de leyendas, de supersticiones y de historias relacionadas con la masonería, la alquimia y la Rosa Cruz, lo que ha atraído a muchos aficionados al ocultismo y a las órdenes místicas. Un buen lugar para dar rienda suelta a las supersticiones. Sus edificios parecen haber sido sacados de relatos misteriosos. Pero sin duda, el escenario idóneo de todas esas supersticiones es este palacio gris, de elevadas agujas. Se trata de La Quinta da Regaleira, uno de los lugares más misteriosos de Sintra, en el que merece la pena que nos detengamos a explorarlo. Para ello, voy a tomar prestado el testimonio de un visitante que dejó plasmado en su blog la gran aventura de recorrer este monumento en su totalidad. Se trata de Pasajero 56, Diario de un viajero inquieto. Él nos desvela los secretos que guarda entre sus paredes.

La Quinta da Regaleira.

La historia arranca en 1697, cuando José Leite era el propietario de esta propiedad hasta que en 1715 Francisco Alberto Guimarães de Castro compró la propiedad, conocida como Quinta da Torre en subasta pública y canalizó el agua de la sierra con el fin de alimentar una fuente, e iniciando el carácter misterioso que se culminaría cien años más tarde. Una época en la que Lord Byron y otros intelectuales visitaron la finca para participar en rituales masónicos.  En 1830 la quinta pasó a Manuel Bernardo y tomó el nombre que posee actualmente. A finales del siglo XIX es adquirida por Antonio Carvalho. Siguiendo la tradición masónica que caracterizaba a esta quinta, el nuevo propietario quería construirse un palacio en un enorme jardín y al mismo tiempo rodearse de los elementos necesarios que movían su curiosidad, ideando este lugar enigmático lleno de mensajes de carácter esotérico con multitud de enigmas y referencias a textos clásicos que hoy el visitante ha de descifrar mientras camina por sus misteriosos jardines, donde cualquier estatua u objeto tiene un significado en relación con el conocimiento del hombre y de lo que le rodea espiritualmente.  Carvalho Monteiro, era conocido com «el de los millones«,  ya que amasó una gran fortuna en Brasil gracias a sus negocios del café y del vino, aunque algunos aseguran que la mayor parte de su fortuna la obtuvo con el comercio de esclavos.   

Para ello, encargó al arquitecto, pintor y escenógrafo italiano Luigi Manini, al que conoció en una visita que este hizo a Lisboa para una representación de una ópera,  para que diseñara todo este lugar y construyera en las cuatro hectáreas que posee la quinta, un palacio, jardines, lagos, grutas y edificios enigmáticos, dentro de una amplia variedad de árboles y plantas, muchos de ellos traídos de Brasil y crear un  lugar relacionado con la alquimia, la masonería, los templarios y la rosacruz, mezclando diversos estilos arquitectónicos como el románico, el gótico, el renacentista y el característico manuelino  portugués. Carvalho Monteiro quería construir un espacio grandioso, rodeado de todos los símbolos que reflejaran su ideología. Conservador, monárquico y cristiano gnóstico, quiso resucitar y reivindicar el pasado más glorioso de Portugal, de ahí el predominio del estilo neomanuelino del palacio y la capilla, relacionado con la época de los grandes descubrimientos geográficos, símbolo del imperio portugués. Toda la Quinta obedece a un plan ideado por él: un recorrido místico del conocimiento, una concepción religiosa del mundo de acuerdo a sus valores. Todo el conjunto es un microuniverso masónico y templario. La estructura de la Quinta pretende reconstruir la escatología cósmica, la cual anuncia el fin del universo y la humanidad, y sugiere al mismo tiempo la supervivencia del alma después de la muerte. Carvalho Monteiro era profesor universitario, un intelectual amante de las obras clásicas y de las plantas medicinales, o no tan medicinales. Todo su saber y conocimientos los trasladó a este lugar, donde lo real y lo imaginario se dan la mano, a través de un mensaje críptico, esotérico e iniciático, relacionado con antiguas sociedades secretas, algunas de las cuales habían tenido su implantación en Sintra en la Edad Media, como es el caso de la masonería templaria. Carvalho Monteiro perteneció, o quiso pertenecer al menos, a alguna de esas sociedades secretas imperantes en la Europa del siglo XIX como la masonería o los rosacruces.

En la entrada nos entregan un plano para que nos orientemos en el recorrido. Buscamos el centro neurálgico de este lugar, el llamado “pozo iniciático”, que está situado en el otro extremo de los jardines. Observamos las grutas subterráneas que cruzan y se entrecruzan todas ellas hacia un destino común, el mencionado pozo. Iniciamos nuestro viaje tomando el sendero de nuestra izquierda, dejando el palacio para el final. Nada más entrar, encontramos la primera referencia a la mitología clásica en la forma de nueve estatuas que representan dioses greco-romanos.

Estatua de Hermes.

Hermes, el llamado “mensajero de los dioses” y el inventor del hermetismo y de la alquimia, preside la entrada portando en sus manos el símbolo que le caracteriza: el caduceo, el símbolo del hermetismo: dos serpientes entrelazadas en torno a un bastón, un símbolo fálico que los masones relacionan con Baphomet, el dios templario de la luz y del conocimiento. Hermes, el Mercurio romano,  quien se le atribuye el Código Hermético descubierto en Florencia, el cual señalaba los principios de la alquimia que, no como los profanos confundimos, era la ciencia, o la facultad, de convertir el plomo en oro, al menos de forma literal. Algo, por otra parte imposible de conseguir.  En realidad, la alquimia trata de transmutar las almas. O, mejor dicho, el plomo de la ignorancia, la intolerancia o la inmoralidad, entre otros vicios, en oro: la verdad, la sabiduría y la virtud. Tras Hermes encontramos a Vulcano, el hijo deforme de Júpiter y Juno, el Cubalcain masónico, quien daba forma a los instrumentos en su fragua. Luego encontramos a Dioniso, o Baco, el dios muerto y resucitado, en cuyas celebraciones se daba rienda suelta a las pasiones carnales, origen de los carnavales; Pan, un sátiro que a veces es relacionado con Saturno, al que también se le relaciona con Baphomet,  a causa de sus patas de macho cabrío y sus cuernos; Demeter, Perséfone, Venus, Orfeo y, en último lugar, Fortuna, mientras en el centro de la fila se encuentran dos Quimeras, que eran los guardianes de la noche.

Paseo de los dioses.

La presencia de estos dioses, y no otros, no responde a azar alguno, sino que su secuencia responde a un enigma. Todos ellos están relacionados con los secretos que encierra la Quinta. Al final de  este pequeño Olimpo pétreo, un imponente león mira hacia oriente, como señalando el inicio del camino ascendente por entre senderos y vegetación, cuyo final es el pozo, donde encontraremos la verdad oculta para los profanos, donde descenderemos, o ascenderemos, hacia nosotros mismos, al encuentro de la piedra filosofal, el símbolo del encuentro con el conocimiento.

Los miradores, los bancos y setos alineados en el camino, así como los árboles tropicales originarios de Brasil, hacen de esta zona la más clásica.

El jardín geométrico divino da  lugar a un jardín de inspiración romántica, donde se mezclan todos los elementos  de manera armoniosa: magnolias, camelias, helechos, palmeras, plantas exóticas traídas de todo el mundo, principalmente de Brasil. Según caminamos vemos una gran variedad de plantas, como si no encontrásemos en un jardín botánico, que en realidad es. La parte ajardinada cercana al Palacio está más cuidada y, a medida que nos alejamos, se va volviendo más agreste, algo que tampoco es casual ni fruto de falta de mantenimiento de los jardines. Según nos acercamos al pozo el alma del ser humano se vuelve más salvaje.  A lo largo del mismo vemos algunas pequeñas grutas decoradas que, al parecer,  comunicaban  con el palacio y con la cripta. También sabemos que Carvalho se dedicaba a cultivar plantas no precisamente ornamentales: belladona, estramonio y otras de carácter sicotrópico, que eran utilizadas en sus ceremonias de iniciación, algo que aumenta más, si cabe, el halo de misterio de este lugar.

Gruta del Laberinto.

Entre esta selva surge de repente un lago extraño, de aguas turbias, verdosas: el Lago da Saudade o Lago Mayor, cuyas aguas se adentran en una enorme gruta contigua al lago y bajo tierra, llamada  Gruta de los Cátaros o del Laberinto como dice la indicación, a la que se accede a través de una entrada excavada en la roca.  Desde el exterior, da la sensación de que las verdosas aguas penetran hacia el abismo. 

Banco y entrada a la Gruta del Laberinto.
Lago profundo.

No invita la negra gruta a entrar en ella. La oscuridad nubla nustros sentidos. Con una linterna nos orientamos en las tinieblas. Es, en efecto, un laberinto pétreo, oscuro, cuyos caminos parecen todos dirigirse al lago.  Las aquí negas aguas penetran al interior de la gruta, por lo que hay que tener cuidado con no meter los pies en el agua. Al fondo, se observa el lago, donde unos patos nadan plácidamente.

Interior del laberinto.

Alguno de los caminos se dirige al pozo iniciático, por lo que decidimos volver a la luz y seguir nuestra exploración, o como corresponde al lugar donde estamos, buscar nuestra alma.  Atrás hemos dejado la fuente egipcia, una concha invertida que contiene el dibujo de dos ibis, aves que personifican a Thot , el dios de lo oculto en la mitología egipcia. Thot corresponde a Hermes, el que abría el  camino. Uno de los ibis tiene en su pico una serpiente, el símbolo de la gnosis, del conocimiento.  Definitivamente, nada aquí está puesto al azar y todo tiene un significado oculto y secuencial.  Mientras meditamos sobre ello, encontramos inmediatamente, junto a la entra a la Gruta del Laberinto, un banco de mármol ricamente decorado.

Banco 515.

Es el Banco del  515.  Dos galgos de piedra vigilan el camino desde sus extremos mientras, en el centro, una estatua femenina ilumina el mismo con una antorcha en sus manos. El 515 es el número que corresponde a la edad del Espíritu Santo según aparece en la segunda parte de La Divina Comedia de Dante Aliguieri, el número que identifica al mensajero de Dios que vengará el fin de los templarios y anunciará la tercera Edad de la Cristiandad, y con ella la paz universal en la Tierra. No termina aquí el simbolismo de esta pétrea composición. La muchacha que sujeta la antorcha es Beatriz, la figura que condujo a Dante al cielo.

Fuente de la Abundancia.
Fuente de la Abundancia.

Cercana al banco de Beatriz, o 515, encontramos la Fuente de la Abundancia que, a pesar del nombre, tiene un significado  mucho más dramático. Esta formada por un arco de medio punto que tiene un tiesto en cada uno de sus extremos, cada tiesto con la cabeza de un sátiro y de un carnero esculpida en los lados. El sátiro es el ser que invade la isla de los Amores, representa el caos, mientras el carnero es el símbolo del equinoccio de primavera, representa el orden. Con un sátiro en un lado y un carnero en el otro, cada uno de estos tiestos significa: ordo ab chao, el orden después del caos. En medio del arco de medio punto se asienta un enorme sillón de piedra y, frente a éste, una gran mesa. Al otro lado, la fuente ostentaba una concha incrustada, con el dibujo de una balanza labrada en la fuente, la balanza de la justicia, lo que nos da la idea de un tribunal.  Sí, estábamos en un tribunal. ¿De qué o quién?

Los tiestos, por un lado el carnero y por otro el sátiro.

En el simbolismo templario y masónico, la luz y las tinieblas se igualan en el equinoccio de primavera, lo que representa la justicia y la equidad y, por ello, justamente en ese día entra en funciones el nuevo gran maestre, que asume el mando al sentarse en el trono. . Está claro  que en este lugar se han realizado ritos y ceremonias esotéricas, o quizás, como aseguran algunos, satánicas que tal vez hayan requerido algún tipo de sacrificio. Los lugareños relatan escabrosas historias heredadas de generación en generación sobre cultos masónicos, rituales satánicos y cristianismo gnóstico-escatológico y muchos  comentan, que a veces por las noches cuando estaba ya cerrada la quinta al público se escuchaban cánticos extraños y se veían luces a lo largo del bosque o se encendían luces en los pisos superiores.

Terraza de los Guardianes.

Cercano a la fuente, encontramos el Portal de los Guardianes, protegido por dos tritones, que está compuesto por una estructura rematada por dos torres laterales y por un minarete central. En realidad es una de las entradas para acceder al Pozo Iniciático o salir de él, según elijamos. Los guardianes vigilan la entrada entre el inframundo y el mundo exterior, como en muchas narraciones mitológicas. Frente a esta estructura se sitúa la Torre de los Mundos Celestes y la Torre del Zigurat que cubren una enorme cisterna de agua que abastece las fuentes y estanques.

Torre del Zigurat.

Desde aquí divisamos a corta distancia, la Torre de la Regaleira, que simboliza el eje del mundo. Pero, todo lo más que posee quien se asoma desde su altura es una excelente vista de Sintra. Ahora comprendemos el sentido de todos y cada uno de los elementos que componen la Quinta de la Regaleira. Todo el jardín, toda la Quinta, es  un enorme libro, y cada elemento, cada estructura que encontramos es  un libro en sí mismo.  Libros de piedra,  imposibles de  destruir, por la Inquisición antiguamente, o por el tiempo.  Monteiro Carvalho  ha querido mostrarnos aquí las grandes obras clásicas, las grandes leyendas, como  La Eneida, La Divina ComediaOs Lusiadas, etc.,  que en su día fueron perseguidas por la Inquisición intolerante. Obras de  concepción templaria. Es la venganza de Monteiro Carvalho. Todo el jardín es de inspiración templaria,  como templarios también fueron los que inspiraron los grandes descubrimientos portugueses.  Los templarios tuvieron que huir de Europa a causa de la persecución de la que fueron objeto y se escondieron en España y en Portugal, bajo la protección de órdenes de caballería. Aquí, en Portugal, se conocieron como caballeros de la Orden Militar de Cristo. Ahora su legado está aquí. Ante nosotros. Todo el conocimiento de la humanidad.

Torre de la Regaleira.

Lo mejor está aún por llegar…

Entrada al Pozo Imperfecto.

De repente, a un lado del camino descubrimos un pozo. Es el llamado Pozo Imperfecto. Más pequeño y menos profundo que el iniciático. De unos diez metros de profundidad.  Desde este pozo se puede llegar hasta el iniciático. En realidad, todos los caminos subterráneos conducen al pozo iniciático, que simboliza la búsqueda de la perfección, y al imperfecto, que significa que no la hemos encontrado. También podemos optar por buscar la perfección desde la imperfección. Como ser imperfecto que somos, decidimos utilizar este camino para llegar a la perfección. Bajamos lentamente los escalones e inmediatamente a su final, del que parte un túnel excavado en la roca. Nos orientamos con una linterna.  Lo normal es que lleguemos a este pozo desde cualquiera de las grutas de entrada que encontramos en la Quinta, cuyo final es este pozo o el que realmente buscamos: el iniciático. Si llegamos a este, habremos llegado al Pozo Imperfecto, es decir, nos habremos equivocado de camino. Cada uno de los caminos que hemos encontrado es un recorrido de luces y sombras, como es el viaje de la vida, encontrándonos con el dilema de elegir la opción y el camino correcto. Si acertamos, nos iremos acercando a la perfección; y si no, aprenderemos de nuestros errores y seguiremos recorriendo nuestro camino.  Está claro que en nuestro aprendizaje nos equivocaremos, pero ello no debe desanimarnos porque ello forma parte de nuestro viaje por la vida, hacia el encuentro con nosotros mismos.

Interior del Pozo Imperfecto.

El camino se bifurca. Uno está iluminado por pequeñas lucecillas que señalan un camino. Decidimos seguir la oscuridad. Estamos en un laberinto. La gruta se divide en dos caminos. ¿Hacia dónde nos dirigimos? : ¿Izquierda o derecha?  Tampoco nuestra decisión ha de ser tomada al azar si  interpretamos  el significado del lugar donde nos encontramos. Recordamos un pasaje de La Eneida, de Virgilio, este final del túnel representa la escena en la que Eneas desciende a los infiernos en busca de su padre y se le plantea el dilema de elegir la dirección que ha de seguir en su camino. Quienes cogen la vía de la izquierda son los condenados, los destinados al fuego eterno.

Interior de la gruta.

El camino de la derecha conduce a la salvación. Eneas optó por el de la derecha y atravesó el río Leteo, que le permitió llegar a los Campos Elíseos, donde se encontraba su padre. Seguimos los pasos de Eneas y optamos por el camino de  la derecha. Regresamos a las tinieblas, hasta que en el horizonte aparece la luz exterior. 

El túnel termina en un río cristalino, sobre el que cae el agua procedente de una cascada. En efecto, hemos llegado al río Leteo. Y podemos caminar sobre sus aguas a través de unas piedras que permiten su paso, colocadas para tal fin. Caminamos sobre las piedras. Una cascada nos saluda en medio de una vegetación exuberante. Por encima de nosotros hay un puente de piedra que permite cruzar el río a aquellos que siguen el camino por la superficie.

Lago de la cascada.
Lago de la cascada.
Lago de la cascada.

Tras pasar el Leteo, continuamos el zigzageante camino hasta llegar a un menhir o anta, un conjunto megalítico formado por gigantescas piedras cubiertas de musgo. En uno de sus lados existe una roca que forma un arco, como una puerta. Pasamos por debajo de un arco y giramos sobre la estructura pétrea y llegamos al final…. o al principio de todo.

Entrada al pozo iniciatico.

Allí está, el Pozo Iniciático. Veintisiete metros de profundidad que parecen conducir al centro de la tierra. Miramos  hacia abajo, alrededor del pozo se ven las escaleras en espiral con el pasamanos excavado en la piedra, abriéndose en arcos sostenidos por columnas, zonas de sombra excavadas en las paredes, que nos lleva hasta lo más profundo del pozo. Un pozo iniciático, un anta. Este lugar representa la muerte de la condición primaria del hombre. Pese a su profundidad, es necesario que descendamos en busca de la espiritualidad, del nacimiento del  hombre nuevo,  del  hombre  purificado.

Pozo Iniciático.

Descendemos al pozo como si descendiésemos dentro de nosotros mismos, en busca de nuestra alma más profunda. Bajamos  las estrechas escaleras rodeando las paredes del pozo en una espiral, girando en el sentido de las agujas del reloj, siempre hacia abajo. El suelo esta mojado y las paredes están cubiertas de musgo y humedad, como las balaustradas. Según vamos bajando nos inclinamos  sobre el  pasamanos  y observamos el fondo del pozo que parece una torre invertida. Hasta nueve pisos, en realidad nueve niveles.

Nueve significa la transición de lo viejo a lo nuevo, la muerte y el renacimiento, la culminación de un ciclo y el comienzo de otro. Fueron nueve los primeros templarios, los caballeros que fundaron la Orden del Temple, los mismos que están en el origen de la Orden Portuguesa de Cristo. Fueron nueve los maestros que Salomón envió en busca de Hiram Abbif, el arquitecto de su templo. Deméter recorrió el mundo en nueve días en  busca de su hija Perséfone. Las nueve musas nacieron de Zeus como consecuencia de las nueve noches de amor. Son necesarios nueve meses para que nazca un ser humano.

De quince en quince escalones y en forma de espiral se descienden los nueve niveles que, recreando el ritual, harían bajar al abismo o subir al cielo, según el recorrido iniciático escogido. Si venimos del Pozo Imperfecto, el camino será el contrario. Los nueve niveles son los nueve círculos del Infierno, las nueve secciones del Purgatorio y los nueve cielos del Paraíso de la Divina Comedia de Dante. El pozo es el fin, o el principio del camino. Los visitantes acudimos teniendo como referencia la búsqueda de este pozo. Como el hombre busca, a lo largo de su vida, su destino. Ahora, tras el simbólico camino llegamos a él. Mientras bajamos hacemos un simbólico descenso a los infiernos, para renacer después a una vida espiritual, algo ya presente en la antigua cultura egipcia y en Grecia. En el fondo del pozo existe una estrella o cruz de ocho puntas que une el emblema heráldico de los Carvalho Monteiro con la cruz templaria. En este recorrido se hace referencia a Dante, pues los nueve tramos constituyen  los nueve círculos en que se divide el Infierno de la Divina Comedia.

Cruz templaria.

Una de las puntas amarillas de la estrella, como una rosa de los vientos, apunta a un agujero oscuro excavado en el fondo del pozo en dirección a Oriente. Es en Oriente donde nace el sol, y es en su dirección donde se construyen las iglesias. Seguimos la dirección marcada y nos sumergimos en las tinieblas a través de una oscura gruta excavada en la roca. Caminamos con cuidado, casi tanteando las paredes, en las entrañas sombrías del túnel pétreo hasta que divisamos en la distancia una hilera de lucecitas que nos orienta en la oscuridad.

De repente, el camino se bifurca y una boca negra se abre a un lado. Está claro que estamos en un laberinto.  Por fin llegamos a la luz. Llegamos al Portal de los Guardianes y subimos  por una escalera en espiral construida dentro de una estrecha torre de estilo medieval, con almenas en el extremo.  Asimismo, el pozo conduce a varias galerías subterráneas laberínticas, o Purgatorio, que desemboca en la Terraza Celeste, o Paraíso, una sorprendente construcción arquitectónica en la que dos grandes lagartos sostienen una concha que contiene otra concha dentro y protegen la desembocadura del pozo, coronada por un mirador. Frente a ella se alza una torre como un zigurat mesopotámico, referencia a la vida celeste, lugar elevado desde el que se entra en contacto con la divinidad. Todo tiene sentido.

Templete.
Lagartos.

Como este pozo,  el Infierno de Dante también tiene forma de embudo dividido en nueve círculos y en cada uno de ellos los condenados son sometidos a distintas penas, según la gravedad de los pecados. El infierno de Dante conduce al centro de la Tierra y allí está el Demonio. Todo esto trasladado a la Quinta, se puede traducir en que los sinuosos caminos, grutas y colinas hacen referencia a las dificultades del Mundo y a la bajada a los infiernos. El pozo iniciático simboliza la Muerte y el descenso es el Purgatorio hacia las grutas que se interconectan.  Las grutas son el Infierno. Existen además unos extraños nichos ubicados bajo los peldaños del pozo iniciático. En total 23, según dicen.  Uno de los misterios de este lugar. Según recientes estudios, estos 23 nichos no están dispuestos al azar, sino que están agrupados en tres grupos de 17, 1 y 5 nichos separados entre si y que podrían hacer referencia al año 1715, fecha en que Francisco Alberto Guimaraes de Castro compró la propiedad (conocida como Quinta da Torre o Quinta do Castro), en subasta pública.

Descendemos de la torre medieval y nos dirigimos hacia el Palacio de la Quinta. Quizá nos sintamos extraños, distintos, como si este viaje en busca de nosotros mismos, recreando la obra de Dante o las aventuras de Eneas hubiera servido para reencontrarnos. Es curioso como una visita turística se puede convertir en mucho más que eso. Acaso sea la sugestión del lugar. El camino ahora es ancho. Nos encontramos con otro enigma. Llegamos a la denominada Gruta de Leda. La gruta tiene una forma hexagonal, representando la unión entre el cielo y la tierra, como símbolo de la naturaleza alquímica. Al fondo, Leda aparece sujetando entre sus manos una paloma, mientras es mordida por un cisne, simbolizando con ello su fecundación por Zeus. Zeus simboliza el cielo y Leda la Tierra. Zeus era el dios supremo, señor de los dioses y los hombres, y el principal de los dioses olímpicos. Estaba casado con su hermana la diosa Hera, pero le fue infiel en muchas ocasiones, en algunas de ellas metamorfoseado en animal. La mitología griega nos cuenta que Leda era una princesa de Etolia y estaba casada con Tindáreo. Zeus se enamoró de ella y convertido en cisne tuvo amores con Leda. Hay otras versiones en las que se dice que Leda fue violada por Zeus transformado en cisne.

Gruta de Leda.
Tumba de Leda.

Según la leyenda Leda puso dos huevos, de uno de ellos nacieron Helena, que va a ser la causante de la guerra de Troya por el rapto de Paris, y Polux, uno de los Dioscuros; del otro huevo nacieron los hijos de Tíndáreo, Cástor, el otro de los Dioscuros, y Clitemestra que acabará por ser la esposa del rey griego Agamenón, héroe de la guerra de Troya. Existe una analogía entre la leyenda mitológica y la Biblia. María, Madre de Cristo, fue fecundada por el Espíritu Santo. 

Santísima Trinidad.

En nuestro camino hacia el Palacio solo se interpone la bella capilla de la Santísima Trinidad.  De estilo neogótico y manuelino como el palacio y como muchos otros monumentos, en su fachada se encuentran las figuras de Santa Teresa de Ávila y San Antonio a cada lado de la puerta junto con el misterio de la Anunciación en el centro, sobre la puerta misma.

Fachada de la Capilla.

En su interior podemos observar varias imágenes del Espíritu Santo. Observamos que la que se encuentra en el altar va vestida de color azul, blanco y rojo, los cuales representan los tres colores alquímicos y además lleva una faja dorada que simboliza al oro alquímico que, como dijimos al principio, representa a las virtudes, en este caso de la Virgen.

Desde aquí podemos acceder a la cripta, situada bajo la capilla, a la que se accede por una escalera de caracol. Si, en la capilla encontrábamos referencia a la Virgen, aquí están claros los símbolos masones, entre los que sobresalen los que se aprecian en el suelo de la misma la cruz templaria, y  una esfera armillar en el suelo sobre la que se encuentra la Cruz de la Orden de Cristo. Según cuentan, desde aquí existe un acceso directo al pasadizo subterráneo que conecta con el Pozo Iniciático. 

Suelo de la cripta.
Capilla.

Salimos en dirección al palacio. Nos detenemos ante la imponente fachada del palacio de Regaleira, en las agujas, pináculos y gárgolas fantásticas; la ornamentación renacentista de medallones y vegetación estilizada; y el manuelino portugués, caracterizado por las cuerdas, nudos, boyas, esferas armilares y demás elementos que aluden a la epopeya marítima lusa. Entre los relieves simbólicos, se distingue un pelícano que se infiere una herida para alimentar a sus crías con su propia sangre, símbolo de Cristo muy utilizado por la masonería. Su interior tiene elegantes mosaicos venecianos y maderas nobles, especialmente en el techo.

Fachada del palacio de Regaleira.

En la primera planta se encuentran dormitorios y algunas salas de estudio, y ya en la segunda y tercera planta se encuentran tanto la torre octogonal como la torre neomedieval y la torreta. Desde ellas se contempla el paisaje alrededor de la Quinta, así como los exuberantes jardines y elementos arquitectónicos, todos ellos también en estilo manuelino y diseñado por Luigi Manini durante los  años que duró la construcción de la Quinta, a principios del siglo XX.

Mirador de la Logia.

A través de los balcones, escalinatas que conducen a miradores y ventanas, el microcosmos interior de la casa se integra plenamente en el macrocosmos del jardín exterior, propiciándose el encuentro entre el hombre y la naturaleza. Desde el ventanal se ven carteles que anuncian obras de teatro que se representan en las noches de verano en la Quinta. Romeo y Julieta, Alicia en el País de la Maravillas y el Sueño de una noche de verano. Deben resultar curiosas tales representaciones en un escenario como este. Personajes mágicos, hadas, magos no pueden tener un mejor decorado.

-FIN DEL RECORRIDO-

El Mapa de la Quinta da Regaleira. Se puede ver en alta definición en este enlace: http://www.regaleira.pt/media/1003/folhetopt.pdf

Mapa de la Quinta da Regaleira.

Otras curiosidades sobre la Quinta da Regaleira:

El profesor José Manuel Anes, nacido en Lisboa en 1944, estudia La Quinta da Regaleira desde 1989 y ha comenzado a publicar varios artículos y libros sobre la obra de Carvalho Monteiro y Luigi Manini, 1990-91. Ha sido uno de los mayores difusores de Regaleira, particularmente en su dimensión simbólica, mítica e iniciática. Fue por su iniciativa que fue clasificada por el IPPAR como una propiedad de interés público. Es autor y coautor de cerca de 30 libros y artículos en el campo de espiritualidades y religiosidades alternativas, incluyendo:

Re-criações herméticas I e II” (1996, 1997), “Fernando Pessoa e os Mundos Esotéricos” (3ª. Ed. 2006), “Um outro olhar – a face esotérica da cultura portuguesa (2006),  “Os jardins iniciáticos da Quinta da Regaleira” (1ª. Ed. 2004, 2ª. Ed. 2006), “Mozart e os mistérios iniciáticos” (2007), “Alquimia, os alquimistas contemporâneos e os novos movimentos religiosos” (2009) – resumen de su tese doctoral -, “Guia simbólico da Quinta da Regaleira” (2010), “Uma Introdução ao Esoterismo Ocidental» (Arranha Céus, 2ª. Edição, 2014) .

Según José Manuel Anes, La Quinta da Regaleira es el resultado de dos espíritus universales, el propietario Carvalho Monteiro y el arquitecto Luigi Manini, quienes supieron ofrecernos un verdadero testamento filosófico, espiritual e iniciático, en una dimensión ecuménica donde conviven el paganismo y el cristianismo y donde florecen varias – no una, sino varias: referencias a tradiciones literarias e iniciáticas. La Quinta da Regaleira, con sus jardines, pozos, cuevas y capilla, sugiere con fuerza, a través de su arquitectura en los jardines, un viaje iniciático (simbólico o real) que une, de manera coherente y evolutiva, los diversos elementos simbólicos y mitos presentes en él, desde la perspectiva de la Iniciación a los Misterios en general y de diversas iniciaciones esotéricas en particular: todos ello siguen este «arquetipo», es decir, el del camino que va de la Oscuridad a la Luz.

Sin embargo, una referencia a Quinta da Regaleira no estaría completa sin mencionar el hecho de que en los poemas explícitamente esotéricos que Fernando Pessoa escribió entre 1930 y 1935, hay, en su opinión, referencias explícitas a Regaleira:

Estalagem do assombro”, “o muro da estrada”, “o xadrez do chão ritual”, “atro poço”, «os degraus” , etc. Y los poemas “Na Sombra do Monte Abiegno” e “Do vale à montanha”, ambos de 1932. O el poema “O último sortilégio”, publicado en la revista de Coimbrã “Presença” nº. 29, de 1930, son en todo caso una bella descripción de la geografía y el ambiente simbólico y mítico de Regaleira, y también pueden ser referencias a su dimensión iniciática e incluso ritualista.

Veamos el poema “Eros e Psique” publicado en la revista “Presença”, n~.41/42 de Mayo de 1934, en el que el poeta presenta un extracto de lo que nos dice que es el “Ritual do Grau de Mestre do Átrio na Ordem Templária de Portugal”:

…E assim vedes, meu Irmão, que as verdades
Que vos foram dadas no Grau de Neófito, e aquelas
Que vos foram dadas no Grau de Adepto Menor, são,
Ainda que opostas, a mesma verdade

Conta a lenda que dormia/Uma Princesa encantada/
A quem só despertaria/Um Infante que viria/De além do muro da estrada.
Ele tinha que, tentado,/ Vencer o mal e o bem,/
Antes que, já libertado,/Deixasse o caminho errado/Por o que à Princesa vem.
A Princesa adormecida, Se espera, dormindo espera,
Sonha em morte a sua vida,/E orna-lhe a fonte esquecida,/Verde, uma grinalda de hera.
Longe o Infante, esforçado,/Sem saber que intuito tem,/
Rompe o caminho fadado./Ele dela é ignorado./Ela para ele é ninguém.
Mas cada um cumpre o Destino -/Ela dormindo encantada,/Ele buscando-a sem tino/
Pelo processo divino/Que faz existir a estrada.
E se bem que seja obscuro/Tudo pela estrada fora,/
E falso, ele vem seguro,/E, vencendo estrada e muro,/Chega onde em sono ela mora.
E, inda tonto do que houvera,/Á cabeça, em maresia,/Ergue a mão, e encontra hera,
E vê que ele mesmo era/A Princesa que dormia

Veamos también estas partes:

A Montanha por achar/Há-de ter, quando a encontrar,/
Um templo aberto na pedra/da encosta onde nada medra.
O santuário que tiver,/Quando o encontrar, há-de ser/
Na montanha procurada/E na gruta ali achada…
(poema de F.P. datado de 1934)

…Ou em êxtase mágico perdida,/Ao luar, à boca da caverna funda.
…”E as longínquas deidades do atro poço,/
(partes del poema “O Último Sortilégio”, publicado en la revista “Presença” en diciembre de 1930)

…”Deixar atrás, descendo, passo a passo,/A escadaria cujos degraus são/
Sucessivos aumentos de negrume,/Até ao extremo solo e noite inteira”
(poema de F.P. datado de 1932)

Y el poema de iniciación:

Não dormes entre os ciprestes,/ pois não há sono no mundo (…)
Mas na Estalagem do Assombro/Tiram-te os Anjos a capa:/
Segues sem capa no ombro,/Com o pouco que te tapa,
Então Arcanjos da Estrada/Despem-te e deixam-te nu.
Não tens vestes, não tens nada: tens só teu corpo que és tu,
Por fim na funda Caverna,/Os Deuses despem-te mais,
Teu corpo cessa, alma externa,/Mas vês que são teus iguais (…)
A sombra das tuas vestes/Ficou entre nós na Sorte.
Não ‘stás morto, ntre ciprestes. (…)
Neófito, não há morte.
(poema sin fecha publicado en la revista “Presença”, nº. 35, en mayo de 1935)

-FIN-


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3 pensamientos sobre “LA QUINTA DA REGALEIRA, EN SINTRA, PORTUGAL”

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