EN BUSCA DE YAM

Localizar la tierra de Yam ha sido objetivo de los egiptólogos desde que descubrieron su existencia. Con su soberano controlando las regiones de Wawat, Irtjet y Setju, era de Yam desde donde los egipcios recibían muchos de sus productos de lujo subsaharianos, como ébano, marfil y pieles de pantera. El relato más detallado de la relación de Egipto con Yam se encuentra en la tumba de Herkhuf, otro gobernador de Asuán bajo el rey Pepi II. Herkhuf visitó Yam varias veces durante su carrera y proporciona detalles sobre su localización y organización.

La primera vez que Herkhuf viajó a Yam fue bajo el rey Merenra de la VI dinastía, acompañando a su padre, el «sacerdote lector» y «compañero único» Iry, para «abrir el camino» hacia estas tierras misteriosas; una frase que implica que fueron los primeros en iniciar relaciones diplomáticas. La misión duró siete meses y terminó con Herkhuf trayendo raros y bellos regalos al rey. 

En su segundo viaje, Herkhuf viajó solo, por una ruta diferente de la utilizada en su primera misión. Siguiendo el «camino Yebu», pasó por Mekher, Terers e Irtjet, regiones controladas por los jefes de Setju e Irtjet. De nuevo, regresó a Egipto con regalos para el rey, habiendo pasado ocho meses fuera.

En su tercer viaje, Herkhuf se dirigió hacia el oeste desde Abydos y tomó el «camino de los Oasis» hacia el sur y Yam; pero al llegar allí se encontró con que su soberano había partido para hacer la guerra en la tierra de los libios jemehu. En vez de esperar a que el ausente soberano regresara, Herkhuf partió en su busca, enviando un correo y a un hombre de Yam a la corte egipcia para informar al rey de estos inesperados movimientos. Después, escoltado por soldados de Yam, Herkhuf regresó a Egipto con 300 burros, llevando incienso, ébano, pieles de pantera, defensas de elefante, palos arrojadizos y otros bienes. Los soldados de Yam lo condujeron sano y salvo atravesando Irtjet, Setju y Wawat y los peligrosos caminos de montaña.

A su regreso a Egipto, Herkhuf recibió regalos del rey.

Cuando retornaba de Yam en el segundo año de gobierno de Pepi II, Herkhuf envió una carta al rey explicándole que traía a la corte egipcia un pigmeo bailarín. El rey, por entonces sólo un niño, se emocionó mucho al escucharlo, sobre todo porque nunca había visto antes a un pigmeo. Pepi respondió a Herkhuf diciéndole que el pigmeo debía ser protegido a todas horas: «Haz que gentes de confianza estén a su alrededor en cubierta, ¡no vaya a ser que se caiga al agua!», escribió el joven rey. 

«Cuando duerma por la noche, haz que gentes de confianza duerman a su alrededor en su tienda. ¡Inspecciona diez veces cada noche! ¡Mi majestad desea ver a este pigmeo más que el tributo de la tierra minera de Punt!»

Otras fuentes para Yam proporcionan muchos menos detalles. La estela de la VI dinastía de Iwet, procedente de Nagada, menciona a un superintendente de intérpretes de Yam; algo significativo, porque es probable que una de las rutas hacia Yam comenzara cerca de Nagada y condujera primero al oasis de Dakhla y luego hacia el sur hasta Yam. En el 2007, una estela que menciona Yam y fue erigida por el rey Montuhotep II de la XI dinastía se encontró en Gebel Uweinat, en el extremo suroeste de Egipto. Dada la posición de Gebel Uweinat en el camino de Abu Ballas, que comienza en el oasis de Dakhla, es probable que la estela se erigiera en la ruta que recorre el desierto hacia esa misteriosa tierra. Es la última referencia conocida a Yam.


Fuente: Guerra y comercio con los faraones: un estudio arqueológico de las relaciones exteriores del Antiguo Egipto. De mi biblioteca del Antiguo Egipto: https://elblogdemyriam.es/mi-biblioteca-del-antiguo-egipto/


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