DECAMERÓN.

Huyendo de la peste de 1348, diez jóvenes florentinos, tres hombres y siete mujeres, deciden refugiarse en la villa de uno de ellos situada en el campo. A lo largo de su ausencia de catorce días, para pasar el rato durante las calurosas horas de sobremesa deciden contarse diariamente, salvo sábado y domingo, cuentos por turno. De ello resulta una colección de cien relatos deliciosa y que reúne los más diversos aspectos de la vida humana, muchas veces con humor, otras con espanto o con un delicado guiño lascivo, mas siempre de una forma que no deja indiferente. El Decamerón es una de las grandes obras de la literatura universal.»

La obra de Boccaccio se enmarca en la transición entre la Edad Media y el Renacimiento. Aunque sus escritos aún poseen rasgos medievales, el autor del Decamerón inaugura, junto con Dante y Petrarca, el Renacimiento para la literatura europea. La obra se inicia con una descripción de la peste bubónica, la epidemia que golpeó Florencia en 1348, argumento que da ocasión a que un grupo de siete jóvenes mujeres y tres hombres, que huyen de la plaga, se refugien en una villa en las afueras de Florencia. Para pasar el tiempo, cuentan historias. Cada día, uno de los jóvenes es nombrado rey de los demás, con el encargo de organizar las narraciones, así como de proponer un tema sobre el que éstas han de versar. De este modo, cada miembro del grupo cuenta una historia por cada una de las diez jornadas que pasan en la villa (de ahí proviene el nombre en griego que da título al libro) hasta completar las cien narraciones.

Atrás quedan los personajes nobles y valerosos de las novelas de caballería, o las vidas de santos y la exaltación de la religiosidad. A diferencia de la mayoría de las obras de su época, El Decamerón, de Giovanni Boccaccio no se centra en el tema religioso ni en la lucha del hombre por alcanzar la pureza y vivir de acuerdo con los preceptos divinos. Por el contrario, es totalmente antropocéntrico. Sus temas principales son el amor (y el sexo como parte fundamental de éste), la astucia del ser humano que triunfa sobre su erudición, y el destino, visto como una rueda de la fortuna que cambia la situación del hombre durante toda su vida, de la pobreza a la riqueza y de la felicidad a la infelicidad en un abrir y cerrar de ojos. Relatos de ingenio, bromas y lecciones vitales cargado de simbología.Los protagonistas de los cuentos de El Decamerón, de Giovanni Boccaccio, son personas comunes, con vicios y defectos, que viven principalmente para saciar sus apetitos.

Su capacidad para inventar mentiras y embaucar a los demás son el recurso que les permite salir airosos.El Decamerón rompió con la tradición literaria y, por primera vez en la Edad Media, Bocaccio presentó al hombre como artifice de su destino, más que como un ser a merced de la gracia divina. Con esta obra, además, Boccaccio desarrolla el tradicional cuento medieval añadiéndole una dote psicológica de la que carecía, presentando al ser humano como lo que es: una persona con virtudes y defectos, con sus penas y glorias.Muchos escritores a lo largo de los siglos siguientes han tomado a El Decamerón como fuente directa de inspiración, comenzando por el propio William Shakespeare. Así, por ejemplo, Geoffrey Chaucer reproduce algunas de las historias de Boccaccio en sus famosos Cuentos de Canterbury (en inglés).Lope de Vega y Moliére también toman personajes y situaciones de El Decamerón para varias de sus obras. Esta influencia llega hasta nuestros días. El Premio nobel de literatura 2010, Mario Vargas Llosa, ha publicado en 2015 una obra de teatro, Los cuentos de la peste, que es una adaptación libre de ocho de las historias contadas en el libro de Boccacio.


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